Una nueva comunidad benedictina tradicional de estricta observancia nació el 2 de julio 2008 en Villatalla, un pequeño pueblo italiano situado en Liguria sobre las alturas de Imperia, muy cerca de Ventimiglia y de la frontera francesa (véase el mapa).
Esta comunidad fue fundada por dos monjes procedentes de la Abadía de Le Barroux (Francia), a petición de Monseñor Mario Oliveri, obispo de Albenga-Imperia. Encontrará aquí algunas informaciones sobre este proyecto monástico y lo ocurrido durante su reciente instalación.
Esta información religiosa es sobre todo una llamada a la caridad de su rezo y una solicitud de ayuda material de parte de quienes la pueden proporcionar. Gracias de todo corazón.

miércoles, 2 de julio de 2008

Recepción de los Benedictinos por Don Sandro

En la plaza de Villatalla este 2 de julio 2008 por la tarde, Don Sandro Marsano, cura de Dolcedo de la que depende la parroquia de Villatalla, recibe oficialmente al RP Dom Jehan, discípulo y primer compañero de Dom Gérard, y el Hermano Toussaint, ambos procedentes de la abadía del Barroux, con el fin de implantar una nueva rama monástica del gran árbol benedictino. Este día y los siguientes, un tercer monje se unió a ellos : el Hermano Ansgar Santogrossi, de la abadía americana de Mount Angel.

En este pequeño pueblo, el último en lo alto de un profundo valle abierto sobre el sereno horizonte del mediterráneo liguriano, la llegada de estos monjes constituye un acontecimiento. Los habitantes – unos treinta aproximadamente – se juntaron alrededor de su pastor para acoger a esos hombres de Dios. Unos amigos, sacerdotes y seminaristas de la diócesis, asi como varios miembros de una vecina cofradía, quisieron estar presentes para manifestar su alegría de presenciar el nacimiento de una obra de oración y de Tradición, y ampararla con su amistad.

Siempre vestido con sótana, pero llevando en esta ocasión todos sus distintivos eclesiásticos, el cura se dirige a Dom Jehan :
“En nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen. ¿Quienes son ustedes? ¿Que buscan?
— Somos hijos de san Benito y hemos venido a orar y laborar, como nos lo manda el Santo Evangelio y nuestra Santa Regla.
— ¿Les conoce nuestro obispo de Albenga?
— Si, y le pide a usted que nos de hospitalidad.
— El pueblo de san Miguel [i. e. Villatalla] les puede ofrecer un techo, una iglesia y un poco de tierra.
— ¡Alabado sea Dios!  Rogaremos a Dios, a la Virgen y a san Miguel por ustedes”.
Luego concluye con estas palabras : “Benedictus qui venit in Nomine Domini. ¡Procedamus in Pace!”.



Se pone entonces en marcha la procesión cantando las letanías, encabezada por la cruz seguida por los monaguillos, de la cofradía local, del clero y de la población poco numerosa pero ferviente. Una vez en la iglesia dedicada a san Miguel, Don Sandro se acerca a Dom Jehan y le entrega solemnemente la gran llave de la iglesia y le conduce al campanario para que toque las campanas en señal de toma de posesión.

A continuación el Oficio de Vísperas y, en este día en que la liturgia celebra el misterio de la Visitación, cantando el Magnificat los corazones mezclan con sencillez su acción de gracias a aquella, pura y humilde, de la Virgen Inmaculada.

Luego, vistiendo una antigua casulla romana guardada en el mueble de la sacristía, Padre Jehan acompañado por el diácono y el subdiácono sube al altar para cantar la santa misa según el rito antiguo y tradicional.

En su homilía, Don Sandro recuerda el inmortal agradecimiento de los Ligurianos para con los hijos de san Benito que trajeron al país el cultivo del olivo poblando valles y colinas, que le hizo célebre en el mundo entero por la calidad de su aceite. “Luego,  explica, acoger entre nosotros los hijos espirituales de nuestros bienhechores es obra de caridad y de piedad”.
A su vez, Padre Jehan tras haber expuesto lo esencial de la vida monástica ordenada a la vida interior por medio de la oración y del trabajo, expresa toda la gratitud que mana de su corazón. Primero hacia Mgr. Oliveri, que le recibe en la diócesis de Albenga-Imperia bajo su responsabilidad pastoral (véase la carta de acogida del 6 de febrero). Luego hacia Don Marco Cuneo, Arcipreste de Artallo  y canónigo de la catedral de Imperia, que fue el potente e inteligente embajador de la causa benedictina tradicional y el amigo de los primeros momentos. También hacia Don Sandro, el gran realizador, caritativo, silencioso y eficaz de la implantación monástica en Villatalla : sin él, el sol no hubiera iluminado tanto los corazones en este día. Y por fin hacia los fieles de la parroquia, algunos siendo ya generosos bienhechores, pero que todos manifestaron a los monjes la benevolencia y la caridad de la sonrisa así como su alegría de recibir entre ellos almas entregadas a la oración y a la adoración.

Al final de la ceremonia, a la sombra de los árboles que lindan con la iglesia, un refrezco servido con las tradicionales tostadas de pizzas preparadas y ofrecidas por las aldeanas nos dió la oportunidad de conocernos mejor.


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El hermano Ansgar Santogrossi saldrá de Villatalla el 14 de julio para visitar a su tía en os Abruces, de donde su familia es oriunda. Luego irá al seminario de la Fraternidad San-Pedro en Denton (Our Lady of Guadalupe) en los EE.UU., donde se comprometió a dar clases de teología. Volverá a Italia sin duda al final del curso.