Una nueva comunidad benedictina tradicional de estricta observancia nació el 2 de julio 2008 en Villatalla, un pequeño pueblo italiano situado en Liguria sobre las alturas de Imperia, muy cerca de Ventimiglia y de la frontera francesa (véase el mapa).
Esta comunidad fue fundada por dos monjes procedentes de la Abadía de Le Barroux (Francia), a petición de Monseñor Mario Oliveri, obispo de Albenga-Imperia. Encontrará aquí algunas informaciones sobre este proyecto monástico y lo ocurrido durante su reciente instalación.
Esta información religiosa es sobre todo una llamada a la caridad de su rezo y una solicitud de ayuda material de parte de quienes la pueden proporcionar. Gracias de todo corazón.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Misa de Mgr Oliveri en Villatalla

Este año, Monseñor Oliveri vino a Villatalla a presidir la fiesta de San Miguel, patrón del pueblo y de la iglesia parroquial. Debido a las obligaciones litúrgicas en su catedral de Albenga que tiene el mismo patrocinio del arcángel, la fiesta se celebra en la víspera, el 28 de septiembre.

Los fieles se reúnen en la plaza San Juan en la entrada del pueblo. La estatua de San Miguel elevada en andas llevada a hombros por cuatro hombres. Detrás de la cruz de procesión alzada por el acólito, Don Sandro, el cura, recita el rosario con la muchedumbre. A las 16:00 llega el coche del obispo. El cura termina el rezo con un Gloria Patri. El coche se para, el cura abre la puerta y el Pastor sale, con túnica violeta y bonete en la cabeza. Saluda a las autoridades eclesiásticas y civiles, a la muchedumbre que se presiona alrededor, y los bendice todos.

Inmediatamente comienza la procesión hacia la iglesia al ritmo de los cantos populares. La cruz abre el camino, seguida por la muchedumbre, los monjes y el clero, Monseñor y la estatua del arcángel.


Llegada a la iglesia, al son de los órganos y del canto de la schola, el obispo avanza por la avenida central y bendice de nuevo a la muchedumbre a la izquierda y a la derecha; luego se arrodilla y recita las oraciones del Pontifical. A continuación se sienta para escuchar los discursos de recepción del cura, del padre Jehan y del Sr. alcalde.

Durante la misa prélatice que sigue, celebrada según el rito tradicional, Monseñor Oliveri pronuncia una vigorosa homilía sobre la importancia de una vida espiritual basada en la fe y la doctrina católica, terminando por estas palabras de benevolencia y amistad paternal hacia los monjes:
“Muy queridos hermanos,
Tienen ahora entre ustedes la presencia de los monjes. El objetivo de su vida, de su consagración lo mencionó plenamente y muy bien el querido Padre Jehan de Belleville al principio de nuestro encuentro.
Es un recordatorio continuo a la fidelidad a Dios. Es un recordatorio continuo que debe siempre dar a Dios el primer lugar: Él y solo Él. Todo el resto es secundario. Todo el resto debe servirnos para caminar hacia la eternidad de Dios. Todo. La vida del hombre sólo tiene como solo objetivo de purificarlo, prepararlo a entrar en la vida eterna.
Queridos monjes benedictinos, gracias por haber elegido este lugar para su vida consagrada. Me complace saber que fueron bien acogidos, como era de esperar según la justicia y la caridad. Estoy contento de saber que tienen el apoyo de esta pequeña población, de modo que no les falte nada de estas pequeñas necesidades que acompañan siempre al hombre peregrinando en el tiempo. Queridos fieles: sigan sosteniéndolos. Haga Dios que en este lugar encuentren un entorno conveniente, adaptado, para poder crecer, para poder convertirse en un verdadero monasterio, para poder rendir el luminoso testimonio que Dios es Dios y que nadie más puede tomar su lugar. ¡Gracias! Gracias, queridos monjes. Los bendigo y los acompañaré con una inmensa alegría para que en cualquier necesidad puedan encontrar en mí a un padre, a alguien que les comprenda. Y ruego a Dios que lo que encontraron en mi, lo encuentren también en todos los sacerdotes de mi diócesis, en todos los fieles y muy especialmente en los fieles de esta parroquia de San Michele Arcángelo en Villatalla. Que todos ustedes sean benditos; y benditos lo son si están en amistad con Dios”.


Tras la santa misa, Mgr Oliveri visita la casa monástica Santa-Caterina da Siena junto a la iglesia, y la bendice.


Al salir, saluda a las personas y a los grupos, muy especialmente los carabinieri que asistieron a la ceremonia.

Luego Dom Jehan lo acompaña hasta la plaza San Giovanni donde lo precedieron los fieles y donde las feligresas ya dispusieron las tablas con aperitivos y refrescos. Monseñor Oliveri acto seguido se va, pero deja una gran alegría en todos los corazones.


El 23 de septiembre, en el monasterio de las franciscanas contemplativas en Alassio, y luego este 28 de septiembre en Villatalla, el obispo de Albenga-Imperia celebró públicamente sus dos primeras misas según el rito tradicional. Y además: el próximo 26 de octubre, en la co-catedral de Imperia, dedicada a San Mauricio y sus compañeros mártires, celebrará de nuevo, esta vez pontificialmente, la misa tradicional, en la cual siete hermanas franciscanas de la Inmaculada pronunciarán sus votos solemnes.

viernes, 8 de agosto de 2008

Consagración a la Inmaculada

El R. P. Jehan y el Hermano Toussaint, muy agradecidos a la Santísima Virgen María por las evidentes muestras de particular protección suya que recibieron estos dos últimos años, están hoy en Lourdes, no solo para recorrer su camino de jubileo y así lograr indulgencia plenaria, sino también para renovar su consagración marial y confiar al corazón inmaculado de María la obra monástica empezada en Villatalla

Su deseo es seguir el ejemplo de los Franciscanos de la Inmaculada (fundado el 2 de agosto de 1970 por dos Conventuales, los Padres Stefano Maria Manelli y Gabriele Pelettieri) cuyo carisma consiste en dar como fundamento a los tres votos de religión tradicionales un primer voto de consagración ilimitado a la Inmaculada según el espíritu de san Maximiliano Kolbe.
Su cabildo general, reunido hace poco en Pentecostés, decidió volver al rito tradicional de la misa, que todos los sacerdotes (unos 100 aproximadamente) deberán aprender lo antés posible.

Esta decisión – de la mayor importancia para su familia religiosa y para la Iglesia – y por otra parte el ambiente de profunda humildad que irradian solo puede explicarse por una gracia propiamente marial. Padre Jehan, que estuvo más de seis meses en Roma en uno de sus conventos, vio en este milagro espiritual obtenido por la mediación de María un signo de la Providencia enseñándole el camino que tenía que seguir.

El 10 de marzo 2008, después del oficio de Sexta, el Padre Manelli le entregó la medalla milagrosa que lleva, como sus hermanos franciscanos, de forma visible sobre su corazón. “Padre Jehan nos inició en la misa tridentina, dijó el fundador ; nosotros le entregamos la medalla milagrosa”. Y Père Jehan concluyó: “Sin duda alguna, es María la que suscitó la familia de los Franciscanos de la nueva familia de benedictinos ; serán los Benedictinos de la Inmaculada”. La respuesta fue una salva de aplausos.

En adelante, unos Franciscanos y unos Benedictinos estarán unidos en una gran familia bajo el mantó de la Inmaculada, en la humilde fidelidad a sus herencias monásticas respectivas y en la tradición litúrgica de la Santa Iglesia, especialmente en el rito antiguo de la misa donde “innumerables santos alimentaron en abundancia su piedad hacia Dios”.

miércoles, 16 de julio de 2008

Estatuto Canónico

Fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo
y del 150 aniversario de la última aparición de la Virgen en Lourdes

Con el consentimiento de Monseñor Mario Oliveri, obispo de Albenga-Imperia (en su carta de bienvenida del 6 de febrero), así como el consentimiento del Abad y del Consejo de mayores de la abadía de Le Barroux, la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei” concede con mucho gusto a Padre Jehan de Belleville y al Hermano Toussaint Menut un indulto pontificio de exclaustración que les permite vivir su vida monástica en la diócesis de Albenga-Imperia.

sábado, 5 de julio de 2008

Recepción oficial en el Ayuntamiento de Prelà

Después de la bienvenida que Don Sandro y el pueblo de Villatalla le dieron, el alcalde de Prelà, que incluye en su administración varios pueblos entre los que se encuentra Villatalla, quiso a su vez celebrar la muy reciente llegada de los monjes benedictinos en su territorio.
El 5 de julio, estando presentes su teniente de alcalde y su Consejo, el cura de Dolcedo y el alcalde de una aldea vecina, les dio en el salón principal del Ayuntamiento una recepción muy solemne, con nada menos que cinco cariñosos discursos salpicados de palabras enérgicas y a veces de una gran elevación de pensamiento político. Todos, en efecto, subrayaron la importancia de una presencia religiosa y monástica que contribuya por su influencia a afirmar y fomentar nuestra cultura cristiana, que el materialismo ambiente y el fuerte empuje del islam ponen en peligro.
Vino después el momento de los regalos : obsequiaron a los monjes con grandes cestas adornadas con flores y llenas de productos regionales : aceite de oliva, tapenade, miel, mermelada de limón, vino, etc. A su vez, Padre Jehan dio las gracias al alcalde y a todos los que intervinieron en esta acogida tan extraordinaria como inesperada.
La recepción se concluyó con un delicioso buffet. La televisión local retransmitió estos memorables momentos.

miércoles, 2 de julio de 2008

Recepción de los Benedictinos por Don Sandro

En la plaza de Villatalla este 2 de julio 2008 por la tarde, Don Sandro Marsano, cura de Dolcedo de la que depende la parroquia de Villatalla, recibe oficialmente al RP Dom Jehan, discípulo y primer compañero de Dom Gérard, y el Hermano Toussaint, ambos procedentes de la abadía del Barroux, con el fin de implantar una nueva rama monástica del gran árbol benedictino. Este día y los siguientes, un tercer monje se unió a ellos : el Hermano Ansgar Santogrossi, de la abadía americana de Mount Angel.

En este pequeño pueblo, el último en lo alto de un profundo valle abierto sobre el sereno horizonte del mediterráneo liguriano, la llegada de estos monjes constituye un acontecimiento. Los habitantes – unos treinta aproximadamente – se juntaron alrededor de su pastor para acoger a esos hombres de Dios. Unos amigos, sacerdotes y seminaristas de la diócesis, asi como varios miembros de una vecina cofradía, quisieron estar presentes para manifestar su alegría de presenciar el nacimiento de una obra de oración y de Tradición, y ampararla con su amistad.

Siempre vestido con sótana, pero llevando en esta ocasión todos sus distintivos eclesiásticos, el cura se dirige a Dom Jehan :
“En nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen. ¿Quienes son ustedes? ¿Que buscan?
— Somos hijos de san Benito y hemos venido a orar y laborar, como nos lo manda el Santo Evangelio y nuestra Santa Regla.
— ¿Les conoce nuestro obispo de Albenga?
— Si, y le pide a usted que nos de hospitalidad.
— El pueblo de san Miguel [i. e. Villatalla] les puede ofrecer un techo, una iglesia y un poco de tierra.
— ¡Alabado sea Dios!  Rogaremos a Dios, a la Virgen y a san Miguel por ustedes”.
Luego concluye con estas palabras : “Benedictus qui venit in Nomine Domini. ¡Procedamus in Pace!”.



Se pone entonces en marcha la procesión cantando las letanías, encabezada por la cruz seguida por los monaguillos, de la cofradía local, del clero y de la población poco numerosa pero ferviente. Una vez en la iglesia dedicada a san Miguel, Don Sandro se acerca a Dom Jehan y le entrega solemnemente la gran llave de la iglesia y le conduce al campanario para que toque las campanas en señal de toma de posesión.

A continuación el Oficio de Vísperas y, en este día en que la liturgia celebra el misterio de la Visitación, cantando el Magnificat los corazones mezclan con sencillez su acción de gracias a aquella, pura y humilde, de la Virgen Inmaculada.

Luego, vistiendo una antigua casulla romana guardada en el mueble de la sacristía, Padre Jehan acompañado por el diácono y el subdiácono sube al altar para cantar la santa misa según el rito antiguo y tradicional.

En su homilía, Don Sandro recuerda el inmortal agradecimiento de los Ligurianos para con los hijos de san Benito que trajeron al país el cultivo del olivo poblando valles y colinas, que le hizo célebre en el mundo entero por la calidad de su aceite. “Luego,  explica, acoger entre nosotros los hijos espirituales de nuestros bienhechores es obra de caridad y de piedad”.
A su vez, Padre Jehan tras haber expuesto lo esencial de la vida monástica ordenada a la vida interior por medio de la oración y del trabajo, expresa toda la gratitud que mana de su corazón. Primero hacia Mgr. Oliveri, que le recibe en la diócesis de Albenga-Imperia bajo su responsabilidad pastoral (véase la carta de acogida del 6 de febrero). Luego hacia Don Marco Cuneo, Arcipreste de Artallo  y canónigo de la catedral de Imperia, que fue el potente e inteligente embajador de la causa benedictina tradicional y el amigo de los primeros momentos. También hacia Don Sandro, el gran realizador, caritativo, silencioso y eficaz de la implantación monástica en Villatalla : sin él, el sol no hubiera iluminado tanto los corazones en este día. Y por fin hacia los fieles de la parroquia, algunos siendo ya generosos bienhechores, pero que todos manifestaron a los monjes la benevolencia y la caridad de la sonrisa así como su alegría de recibir entre ellos almas entregadas a la oración y a la adoración.

Al final de la ceremonia, a la sombra de los árboles que lindan con la iglesia, un refrezco servido con las tradicionales tostadas de pizzas preparadas y ofrecidas por las aldeanas nos dió la oportunidad de conocernos mejor.


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El hermano Ansgar Santogrossi saldrá de Villatalla el 14 de julio para visitar a su tía en os Abruces, de donde su familia es oriunda. Luego irá al seminario de la Fraternidad San-Pedro en Denton (Our Lady of Guadalupe) en los EE.UU., donde se comprometió a dar clases de teología. Volverá a Italia sin duda al final del curso.

miércoles, 6 de febrero de 2008

La acogida de Monseñor Oliveri

El Obispo de Albenga-Imperia

Miércoles de Ceniza
Albenga, 6 de febrero de 2008

Reverendo Padre Jehan de Belleville,

A través de varias reuniones, y por los escritos que me dirigió por unos meses, he podido comprender claramente las razones por las cuales busca Ud. una nueva situación canónica y disciplinar, en la que, con espíritu sereno y en plena fidelidad a su consagración religiosa, pueda vivir la vida monástica en coherencia con los principios y normas que llevó a la Santa Sede a aprobar la fundación del Monasterio, y entonces Abadía de Sainte-Madeleine, en Le Barroux, Francia.

Habiendo tenido la oportunidad de escuchar al Reverendo Padre Abad de Le Barroux, así que habiendo estado en contacto con el Secretario de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, después de haber escuchado al Consejo presbiteral de la Diócesis de Albenga-Imperia, y después de mi reflexión “coram Domino”, durante la que pedí con insistencia la ayuda de la gracia divina,

Le comunico, Rev. Padre Jehan, que estoy dispuesto para aceptarle a Ud. bajo mi paternidad y responsabilidad pastoral, para que pueda vivir “extra-Claustra” en esta Iglesia particular de Albenga-Imperia, inicialmente por un período de un año “ad experimentum”.

Si durante este primer año habrá sido posible llegar a un arreglo conveniente y estable, tanto para el lugar como para el futuro proyecto de vida monástica, sin duda serán posibles los actos necesarios para su encardenación en la Diócesis de Albenga-Imperia, en la perspectiva de una vida monástica benedictina diocesana. De lo contrario se podrá ampliar la exclaustración por tanto tiempo cuanto sea necesario.

Ya es intensa y profunda mi comunión espiritual con Ud., y creo que crecerá cada vez más si se alimenta por la oración y la contemplación de todo lo que Dios nos revela y comunica a través y en su Iglesia, a través de su querido Hijo.

De manera especial oremos para que a través de su presencia de Ud., Reverendo Padre Jehan, en esta Iglesia local de Albenga-Imperia crezca cada vez más la búsqueda y el amor de “lo divino”, de todo lo que Dios nos ofrece en su infinita misericordia.

Le bendigo, y también Le pido a Ud. sus oraciones.

Con sentimientos de profundo respeto religioso, me profeso en el Señor su dedicadísimo

Suo devotissimo nel Signore
+ Mario Oliveri
Obispo de Albenga-Imperia